En la primavera-verano del año 1994 y durante la celebración de la Expedición Anfibia "Cañonazo '94 I" en el Pirineo Aragonés, tuve el privilegio de efectuar, junto con mi compañero Rafael Carnicer Gasca "Padre", un concienzudo reconocimiento de los ríos, cañones, gargantas y barrancos del Valle de Tena.
De entre todos los descensos que realizamos en el transcurso de la expedición referida, opté por publicar un artículo acerca de esta garganta caliza, atendiendo no solamente al marcado caracter deportivo y acuático de la misma sino también a su calidad paisajística y medioambiental. Se trata de un impetuoso cauce de Alta Montaña, muy resbaladizo y poco frecuentado, que nos deleitará especialmente por su variedad a lo largo de todo su encajado desarrollo, plagado de detalles de gran belleza geomorfológica.
El río Aguas Limpias nace en el Circo de Piedrafita, actualmente a los pies de la presa del gran embalse de Respomuso y su cauce permanente se une al del río Gállego, a la salida del pueblo de Sallent en el embalse de Lanuza. Teniendo zonas muy definidas, la que nos interesa bajo el punto de vista del descenso de barrancos es la comprendida entre Llano Cheto y Llano Tornadizas, pues es aquí donde el constante caudal del río pasa por los rigores del estrechamiento en forma de garganta, conformando un precioso recorrido salpicado por tramos en los que abunda la vegetación y se apercibe el ambiente de Alta Montaña.
Una vez nos encontramos en el Valle de Tena, hay que tomar dirección al pueblo de Sallent de Gállego desde donde se sigue por la carretera de forma ascendente que nos llevaría a la urbanización de Formigal, sin embargo en la segunda curva sale el desvío que nos conduce al embalse y la central hidroeléctrica de La Sarra. A 600 metros se acaba la carretera en una zona de esparcimiento con merenderos, desde donde un camino bien marcado y amplio al principio, cruza por puente a la margen derecha orográfica del río.
Este camino es el que se utiliza para llegar al refugio de Respomuso y en primer lugar atraviesa una zona abierta hasta llegar a Llano Tornadizas con el aporte de agua del barranco de Balzaroleta por la derecha orográfica del Aguas Limpias (punto importante por ser la salida de la garganta y donde poder evaluar el caudal), a partir de aquí comienza a ganar pendiente que lo deposita en un bosque por encima de la garganta con buenas vistas sobre el cauce y algunas de las cascadas. En las proximidades del barranco de Soba, en una zona mas abierta, el camino se aproxima tanto al río que nos permite observar de cerca el rápel de 20 m., mas adelante volvemos a elevarnos para flanquear los estrechos del Paso del Onso que dan acceso a Llano Cheto, nueva zona abierta que se utiliza como inicio del descenso, poco antes de la confluencia con el barranco de Arriel, lugar tristemente famoso debido a los accidentes producidos en invierno por los aludes.
En Llano Cheto volvemos a tener la oportunidad de evaluar bien el caudal, pues como ya se ha dicho, el río mantiene un nivel mínimo constante debido al represamiento de los ibones de la parte superior del circo de Piedrafita.
El descenso nos presenta tres zonas bien diferenciadas:
La primera es la formada por los estrechos del Paso del Onso, una sucesión de pasillos de gran belleza geomorfológica con numerosos resaltes, muchos de los cuales están formados simplemente por los troncos caídos desde el bosque. Primer rápel.
A continuación la garganta se abre y aporta sus aguas el barranco de Soba por la margen derecha orográfica, llegando enseguida el punto clave del descenso, una amplia cascada (Foto 1) de 20 m. que se salva con un rápel que nos deposita en una badina lateral que con abundante caudal forma un fuerte remolino costoso de vencer. A cauce descubierto proseguimos por diversos resaltes y rampas aderezados por fabulosos rincones marcados por la abundante vegetación.
La parte final vuelve a encañonarse pero no tanto como al principio, presentándonos diversos resaltes y tres preciosas cascadas en la zona mas angosta, que en caso de exceso de caudal son fáciles de esquivar en travesía lateral con la instalación de pasamanos. La garganta se abre poco a poco y desembocamos en Llano Tornadizas, estupenda pradería donde cambiarnos antes de andar los 20 minutos que nos separan del coche.
Por el gran aporte de caudal que recibe la garganta, solo deberán realizar el descenso en épocas de crecida y fusión, aquellas personas con absoluto dominio de las técnicas de aguas vivas y ágil manejo de cuerdas.
La procedencia de las aguas y su abundancia, obligan a utilizar traje completo, incluidos escarpines y guantes. Aprovechar la orientación y realizar el descenso por la tarde, evitando el sol directo sobre los ojos.
Aunque el rápel mas largo es el de 20 metros, es muy útil utilizar una cuerda de 50 metros para evitar problemas y enredos en el remolino de recepción, pudiendo así recuperar la cuerda desde la salida de la badina.
Texto, imágenes y croquis:
Eduardo Sánchez Abella - ©1994
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