A principios del año 2004 mantuve unas conversaciones con la Dirección de Aragón Rutas para redactar un artículo y publicarlo en el cuadernillo central de la revista; una sección especial dedicada a las diferentes modalidades deportivas de montaña y titulada "en acción".
Dado que el contenido disciplinar para el mismo se me ofreció de libre elección, opté por el Descenso de Barrancos —una de mis actividades de montaña favoritas, como procedo a explicar a continuación en el apartado de Artículos Varios— para describir detalladamente uno de los cauces clásicos del Macizo que, además, formaba parte de los elegidos para la "cuna" de este deporte, que es el Alto Aragón, gracias a las inquietudes de Lucien Briet como explorador pionero de los recónditos lugares del territorio.
Este es, además, el último artículo que publiqué de forma clásica (en papel). A partir de aquel entonces, todos mis trabajos empezaron a ver la luz (sin recortes ni censuras) de forma libre, independiente e interactiva ("On-line"), con las ventajas de actualización que ello conlleva. ¡Por fin!, la libertad de expresión en tiempo real. ¡Disfrútenlo!.
El descenso de la Garganta de Las Gloces está encuadrado dentro de los “clásicos” en cuanto a los que se pueden realizar en el Pirineo aragonés. La Garganta se encuentra situada en el término municipal de Fanlo (Huesca) y dentro de los límites de la zona periférica de protección del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Guarda grandes similitudes con sus “hermanos mayores” vecinos, territorialmente hablando, en cuanto a las características morfológicas impresas por el macizo calcáreo más elevado de Europa. Y digo esto porque sus dimensiones son muy modestas, así como su caudal, siendo estos unos condicionantes que hacen de este “cañoncito” un marco incomparable tanto para los no iniciados, como para los asiduos.
Volviendo a referenciar de forma obligatoria a Lucien Briet, podemos afirmar casi sin temor a equivocarnos que fue la primera persona que, desde el 22 de agosto de 1910, se interesó por los encantos ocultos de esta garganta, aunque por las técnicas disponibles en aquellos años, no pudiera recorrerla en su totalidad.
El punto de partida para la aproximación, que es preciso realizar a pie, comienza en el Collado de Fanlo (donde dejaremos estacionado nuestro vehículo) y para llegar hasta el, existen dos posibilidades, según accedamos desde L'Ainsa o bien desde Biescas. En el primer caso, tras llegar al pueblo de Escalona por la carretera A-138, hay que tomar el desvío al Cañon de Añisclo que, por una estrecha y espectacular calzada, nos hará pasar primero por el aparcamiento del Puente de San Urbez y, más arriba, por el desvío al pueblo de Nerín (que dejaremos a nuestra derecha), para alcanzar finalmente nuestro objetivo. Por el contrario, desde Biescas se toma la carretera N-260 para atravesar el Puerto de Cotefablo y bajar al fondo del Valle de Broto para llegar al pueblo de Sarvisé, donde, tomando el desvío al pueblo de Fanlo, se gira 90° a la izquierda para seguir por una estrecha calzada paralela a la margen derecha orográfica del río Jalle (más conocido, en este su tramo final, como río Chate), cruzarlo y llegar al collado ascendiendo las fuertes pendientes previas.
Desde el Collado de Fanlo (1.374 m.) hay que tomar en dirección NNO y en descenso la pista forestal de Las Comas (con cuidado de no confundirla con el camino que conduce a la pista forestal de El Lomar y la senda de acceso a Plano Tripals) que en aproximadamente 15 minutos nos depositará junto a una caseta que forma parte de las recientes obras de captación de aguas para el pueblo de Fanlo. Unos metros más abajo está el cruce con el Barranco de Fomalleta; desde aquí y dejando la pista forestal a nuestra derecha a la vista del cauce pedregoso del río Jalle (Glera de Borrué), lo alcanzaremos en dirección SSO por cualquiera de las cortas sendas existentes.
Justo antes de la entrada a la garganta y en la margen izquierda orográfica del cauce hay un sitio estupendo para proceder a la preparación del equipo personal y común.
La zona alta del Valle de Vió está presidida por la inconfundible silueta piramidal de Punta Acuta (2.242 m.) o Pico Schrader, flanqueada hacia el norte por la Sierra de Las Cutas, hacia el oeste por el monte de La Caña con las cimas del Pueyo (2.027 m.) y el Pico de Enmedio Estatón (2.137 m.). Sus laderas están surcadas por once barrancos que con sus respectivos afluentes y otras barranqueras de menor entidad, constituyen una amplia cuenca hidrológica. Este es un factor a tener en cuenta si vamos a efectuar el descenso fuera de la época estival o pre-otoñal, con objeto de prever un caudal superior al habitual que podría resultar muy peligroso. En estos casos, el descenso quedaría totalmente relegado a los expertos en aguas vivas.
El fondo del valle se cierra brusca y espectacularmente en una grieta profunda, estrecha y ligeramente sinuosa que durante un recorrido de 700 metros nos va a hacer entrar en contacto íntimo con el cauce del río, la roca caliza lavada, modelada y pulida por el constante paso de las duras y frías aguas de alta montaña. Espectáculo increíble de luces y colores cenitales tamizados por la vegetación de la zona superior de las majestuosas paredes que, de vez en cuando, desciende hasta nosotros para obsequiarnos con pinceladas de esmeralda. Penumbras solitarias, silenciosas y tranquilas. Pasillos ruidosos y agitados por la presencia de rápidos, divertidos toboganes y pequeñas cascadas.
Una vez preparados en el punto referido anteriormente, entraremos en el cauce a través de un pequeño tobogán que nos sumergirá completamente bajo las aguas de la primera de una serie de cuatro badinas saltables con un tobogán, previas al estrechamiento de la garganta y al obstáculo más importante de todo el descenso.
Es una preciosa cascada que se franquea con un rápel de 12 metros y cuya instalación principal y de mejor calidad se encuentra en la cara superior de la roca que delimita el comienzo de la grieta. Para efectuar las maniobras previas de preparación, deberemos anclarnos a ella para descender a una mínima repisa sobre la que haremos pie enseguida, para lo cual utilizaremos el cordino de anclaje. Existen más instalaciones en las proximidades para realizar el rápel, pero solo se emplean en época estival y en horas punta, es decir, cuando la garganta recibe el mayor número de visitantes y cursillistas. Llegado el caso y si pretendemos adelantar a otro grupo, deberemos respetar su preferencia y abstenernos de hacerlo si con ello molestamos o ponemos en compromiso su seguridad.
Una vez abajo ya no hay escapatoria posible hasta el final de la garganta, por lo que en función del caudal existente y en caso de duda sobre la evolución meteorológica, y sobre todo en la época del deshielo primaveral, desistiremos de realizar el descenso. Una amplia poza nos recibe con una fresca ducha proporcionada por la cascada que, aun en momentos de mucho caudal, no se torna peligrosa ya que el agua cae sobre la pendiente de roca de la poco profunda poza.
El estrecho pasillo inundado que se presenta ahora tiene dos resaltes gemelos de 2 y 4 metros de desnivel que, aún estando equipados, son posibles de destrepar en técnica de oposición, aunque el segundo es más seguro rapelarlo en presencia de caudal. Las paredes se separan un poco y tras unos metros de menor profundidad en el cauce se alcanza una pequeña cascada-tobogán de 3 metros. Este obstáculo es mejor franquearlo por deslizamiento ya que los amantes del salto tienen la posibilidad de conseguir uno opcional de mayor altura remontando la pared escalonada de la margen izquierda orográfica.
La entrada en la zona más oscura y profunda de la garganta se hace a través de otras dos cascadas-tobogán, siendo la primera prácticamente similar a la que acabo de describir pero sin salto opcional. La segunda solamente es practicable por destrepe ya que desemboca en una badina poco profunda y de fondo irregular, preludio de una playa de grava en el interior de una oscura y abovedada sala donde el río parece detenerse para tomar un respiro.
A partir de aquí, una larga y bastante regular galería de estrechos pasillos, separados unos de otros por mínimos resaltes, nos conducirá de una forma tranquila y sosegada hasta el ultimo tercio del recorrido, permitiendo así la contemplación detallada de las paredes de la garganta que se yerguen en su constante intento de alcanzar el azul del cielo.
De pronto se alcanza una zona un tanto mas abierta en la que la vegetación desciende en un saludo colorista, previo al comienzo de las sinuosidades finales. Una sucesión de badinas y toboganes (la mayoría de ellos equipados) perfectamente dispuestos para recuperar el carácter deportivo del principio. Siempre y cuando los condicionantes acompañen, la diversión está asegurada ya que el penúltimo de los referidos toboganes ofrece la posibilidad de repetición ilimitada, para lo cual será necesario el remonte por la cuerda que habremos colocado previamente en la instalación.
La salida de la Garganta se alcanza rápidamente a través de un nuevo estrechamiento con pequeños resaltes que conducen a una badina de aguas tranquilas que desemboca en las proximidades de la Glera de Ballarín, donde las aguas del barranco se deshacen de la opresión y corren libres hacia el río Ara, del que son tributarias.
En este punto existe una playa de roca madre situada en la margen derecha orográfica del río Jalle y previa al giro en ángulo recto (dirección S) del cauce, situación ésta que aprovecharemos para cambiarnos y preparar el equipo para el retorno al Collado de Fanlo.
Desde la referida playa es preciso cruzar a la orilla contraria para tomar una senda que esta señalizada con marcas de pintura de color rojo y discurre paralela al cauce durante aproximadamente 160 metros, hasta que penetra de forma ascendente en la falda de la montaña por una pequeña barranquera de escorrentía.
Múltiples lazadas se desarrollan a continuación a medida que se progresa con lentitud por una pendiente profusamente vestida de vegetación, hasta que por fin la senda intersecta con la pista forestal de Las Comas (que ya hemos utilizado previamente para realizar la aproximación al cauce).
Nos quedan aproximadamente 350 metros para alcanzar el Collado de Fanlo y lo conseguiremos ascendiendo durante unos diez minutos por la pista forestal en dirección SSE. Nuestro vehículo aparece entonces esperando obedientemente en las proximidades del Collado.
HISTORIA: La apertura y el primer descenso fueron realizados el 16-09-84 por B. Clos, André Galicia, J. Piron, Philipe Pontroué y Jean Paul Pontroué.
MATERIAL NECESARIO: Cuerdas: 2 x 15m. + la cuerda dinámica de seguridad. Traje de neopreno (recomendable de dos piezas) con guantes y escarpines, calzado con suela adherente (Vibram o similar) y protección de tobillos, casco, arnés dinámico de cintura con dos puntos de anclaje, maillón semicircular, mosquetón de seguridad de apertura amplia y rápida (sin rosca), descensor de 8 con cuernos, cabo de anclaje doble asimétrico con mosquetones de seguridad asimétricos, cordino de anclaje con mosquetón de seguridad asimétrico, mosquetón de seguridad HMS, mochila de barrancos o agujereada y bidón o bolsa estanca.
HORARIOS: 00:15' + 01:30' + 00:40' aproximadamente para un equipo bien compenetrado de tres personas (no se incluyen las paradas ni las referencias opcionales).
COORDENADAS GPS: Elipsoide Internacional. Datum European 1950.
LONGITUD: 700 m.
DESNIVEL: 58 m.
CARTOGRAFIA: I.G.N. Hoja 178-I BROTO a escala 1:25.000.
TOPONIMIA: Garganta de Las Gloces. Garganta de Las Gloces del río Jalle. Es conocida vulgarmente como Las Gloces. Como ya he dicho, a partir del final de la Garganta, el cauce es más conocido como río Chate.
OBSERVACIONES: Las instalaciones para los rapeles, a base de puntos de anclaje químicos e inoxidables en su mayoría, son de toda confianza. El alto número de visitas que recibe la garganta, sobre todo en la época estival y fundamentalmente por las empresas de guías de montaña, hace que dichas instalaciones estén bastante bien mantenidas. No obstante, después del deshielo primaveral o las grandes lluvias, puede ser útil llevar algo de material de repuesto. El caudal es permanente durante todo el año, pudiendo llegar a ser peligroso en estas últimas condiciones. También se han dado casos de inviernos suaves y veranos cálidos que han hecho secarse de forma total o casi totalmente el cauce.
ESPECIES AMENAZADAS: En el interior de la garganta podemos encontrarnos fundamentalmente con dos tipos de anfibios como son los sapos parteros (Alytes obstetricans) y los tritones pirenaicos (Euproctus asper), constituyendo estos últimos una especie endémica, por lo que obviamente nuestro respeto hacia ellos debe ser absoluto.
INFORMACION Y CONSULTAS: eduardosanchez@mac.com
BIBLIOGRAFIA:
Briet, Lucien. Superbes Pyrénées. Recopilación 1901-1922.
Biarge, Fernando y Ana. Aragón. Gargantas y Barrancos. 2. Pirineo
Central. 1991.
MAS INFORMACION Y FOTOGRAFIAS EN INTERNET:
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http://homepage.mac.com/eduardosanchez/canyoning/gloces
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http://www.iespana.es/barranquismo/paginas/barrancos/garganta_de_las_gloces.htm
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Eduardo Sánchez Abella - ©2004
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